8M International Women's Day: Emilia Prieto, precursora de la disidencia de identidad respecto del discurso cultural dominante en Costa Rica entre 1925-1945
La obra de Emilia Prieto redefine la posición de la mujer en la sociedad, valorizando dimensiones que estaban vedadas como su subjetividad, erotismo y feminidad. El cuerpo femenino, es señalado como espacio dominado por el varón y, a la vez, como territorio de denuncia y de resistencia. Prieto cuestiona las estructuras de poder, las asimetrías de género tanto desde lo público como desde lo privado, ambos condicionantes de la capacidad de desarrollo personal de la mujer.
La profunda crítica a un mundo androcéntrico y a la asimetría de los roles de género y clase se expresa en varios grabados publicados en el Repertorio Americano. En los grabados Dibujo para bordar (1937), Símbolos (1937), y Explotación de la mujer por el hombre (1936)
8M INTERNATIONAL WOMEN’S DAY: EMILIA PRIETO, PRECURSOR OF IDENTITY DISSIDENCE REGARDING DOMINANT CULTURAL DISCOURSE IN COSTA RICA BETWEEN 1925-1945
«And to whom it corresponds more to protest and to rebel is the woman, eternal victim of all the oppressive, medieval and obscurantist systems, to perpetuate which and make them worse, only fascism is organized.
In this Babylonian confusion they can only make us see clearly, our healthy common sense and the high yearning for justice and human dignity that every conscious woman must carry with her.
—Emilia Prieto Tugores for the newspaper Lealtad, 1937.
Emilia Prieto's work redefines the position of women in society, valuing dimensions that were closed as their subjectivity, eroticism and femininity. The female body is designated as a space dominated by the male and, at the same time, as a territory of denunciation and resistance. Prieto questions the power structures, gender asymmetries both from the public and from the private, both determining the capacity of women's personal development.
The deep criticism of an androcentric world and the asymmetry of gender and class roles is expressed in several engravings published in the American Repertoire. In the engravings Drawing to embroider (1937), Symbols (1937), and Exploitation of women by men (1936)
Dibujo para bordar, 1937
Símbolos, 1937
Explotación de la mujer por el hombre, 1937
Prieto critica la moral religiosa a través de los referentes iconográficos de la hoja de parra, en Hipersexualismo (1938) y cruz en Mujer-cuerpo (1938).
Prieto criticizes religious morality through the iconographic references of the grape leaf, in Hypersexualism (1938) and cross in Woman-body (1938).
Hipersexualismo. 1938.
Mujer-cuerpo, 1938
Emilia Prieto nació en San José el 11 de enero de 1902. Pasó su infancia en la ciudad de Heredia, con frecuentes visitas a la finca Guararí, en las faldas del Cerro Guararí. Realizó su secundaria en el Colegio Superior de Señoritas y, en 1921, obtuvo su título de maestra en la Escuela Normal de Heredia. A partir de ese momento se dedicó a la docencia, impartiendo también, ocasionalmente, clases de dibujo y pintura en las escuelas Normal de Costa Rica, Metodista, Nocturna de Cultura Popular, Juan Santamaría y en la Universidad Obrera. Además, fue directora de la Escuela Ramiro Aguilar. En 1922 recibió clases de pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Emilia Prieto fue una de esas mujeres que, bajo condiciones poco propicias para que pudieran destacarse, como era la de Costa Rica en la primera mitad del siglo pasado, supo abrirse paso, de manera fecunda y brillante, en los campos de la educación, el arte, la investigación y las luchas sociales.
Fue una mujer visionaria, talentosa, amante de la cultura universal y de la cultura costarricense. Especial reconocimiento merece la investigación que llevó a cabo sobre la cultura popular y las expresiones artísticas (particularmente de la música) de los pobladores del Valle Central, constituyéndose en pionera del rescate de las tradiciones y cultura vernácula de Costa Rica.
Como artista, se dedicó con gran destreza y conocimiento al grabado en madera, y produjo obras de gran sentido crítico y polémico, algunas de las cuales no fueron comprendidas en su época, sino que tuvieron que esperar algunos años para ser justamente valoradas. De sus cuadros se pueden señalar, entre otros, "Arte por el Arte", "Maestro y Pupitre", "El Badulaque" y "Empleado Público", "Parábola del privilegio", "Casa hipotecada", "Mujer-cuerpo" y "Explotación de la mujer por el hombre".
La mayoría de estos trabajos se imprimieron en "El Repertorio Americano", donde con frecuencia ilustraban sus ensayos, con los cuales contribuyó al pensamiento político de la primera mitad del S.XX.
Como dicen las curadoras de su obra pictórica Sila Chanto y Carolina Córdoba,
"su lenguaje integra, con particular síntesis formal, una inteligente y refinada actitud crítica, cargada de humor y de ironía, re-significando los lugares comunes culturales, ahí mismo, donde otros colaboran en edificar el imaginario sobre la identidad, a través de una visión complaciente de la historia".
En 1932, cuando era profesora de dibujo y pintura en la Escuela Normal de Heredia, empezó a estudiar, con gran interés, el arte decorativo de las carretas campesinas y a llamar la atención de sus alumnos sobre el valor de esa manifestación artística. Eso la llevó a organizar, con el apoyo del Ministerio de Educación Pública, el primer desfile de carretas en nuestro país. El 15 de setiembre de 1935 cien coloridas y chirriantes carretas hicieron suyas las calles de San José, gracias al impulso de Emilia Prieto.
Fue una de las fundadoras, en 1936, al lado de grandes personalidades de la vida cultural y política, de la Liga Antifascista, una organización dedicada a luchar contra el fascismo que, con gran fuerza, se extendía por el mundo. Desde aquellos años estuvo muy cerca de las luchas y los ideales del Partido Comunista, aunque no militó oficialmente en sus filas.
En 1943, con el auspicio de la Central de Trabajadores, contribuyó a fundar, junto con otros educadores y educadoras, artistas e intelectuales, la Universidad Obrera.
Participó muy activamente en las luchas que llevaron a la aprobación de la legislación social en la década de los cuarentas. Luego de la guerra civil del 48, como parte de la represión que se desató contra el bando perdedor en esa guerra, fue despedida de la escuela de la cual era directora y perseguida y encarcelada al ser acusada de sedición por el Tribunal de Sanciones Inmediatas.
En los años siguientes participó en la fundación del Comité Nacional de Partidarios de la Paz, del cual fue presidenta, asistió a varios congresos, en México, Suecia y Panamá, dedicados a promover la causa de la paz en el mundo y participó, como delegada de la Unión de Mujeres Costarricenses Carmen Lyra, en la Conferencia de la Paz de los Países de la Cuenca del Pacífico, efectuada en Pekín.
Formó parte de la Alianza de Mujeres Costarricenses, organización dedicada a luchar por los derechos de las mujeres, las niñas y los niños.
Su infatigable actividad en pro de la justicia social y la paz era el fruto de una visión, unos valores y una conducta que siempre estuvieron iluminadas por ideas como: "sin justicia no hay verdadero derecho, no hay paz, no hay vida posible digna sobre la tierra".
Durante muchos años se dedicó a la investigación de la cultura costarricense. Resultado de esa paciente y fructífera labor fueron sus profundos conocimientos de la música autóctona, los numerosos artículos que sobre cultura y arte popular publicó en periódicos como "Trabajo", "Libertad" y "Nuestra Voz" y el libro Romanzas Ticomeseteñas, editado por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes en 1978.
Otros de sus libros incluyen: "Escritos y Grabados", "Mi Pueblo" y "¿Porqué Ticos?"
Tal era su pasión por la música y la cultura de nuestra tierra que en la década de 1970 –a los casi 70 años de edad- se dedicó a interpretar muchas de las romanzas del Valle Central que ella se había dedicado a recopilar, con lo que puso de manifiesto una nueva faceta de su prolífica vocación artística. Asimismo, por medio de Radio Nacional difundió el programa "Somos como Somos".
Su labor en el rescate de la cultura popular costarricense fue tan notable que en 1992 se le otorgó, como reconocimiento póstumo, el Premio Nacional de Cultura Popular Tradicional.
La educación, la política y la cultura fueron sus verdaderos aliados para conformar la trinchera de la reflexión contra las imposiciones e intereses del momento.
La amplia y valiosa obra de Emilia Prieto en el arte, la educación, la investigación y la lucha social es genuina expresión de su talento, su sensibilidad y su profunda solidaridad humana y un testimonio elocuente de todo lo que la mujer puede aportar para hacer a nuestra patria y a nuestro mundo más justos y más solidarios.
La vida y obra de Emilia Prieto, quien falleció en 1986, es uno de los legados más importantes de la Costa Rica del siglo pasado. Por esto, a partir del año 2015 el "Premio Nacional de Cultura Popular" se ha designado como Premio Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial "Emilia PrietoTugores", el cual es gestionado por el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural.
Su pensamiento avanzado, crítico y liberador con respecto a la condición de la mujer se pone de relieve en estas palabras contundentes y expresivas:
"…Nada puede haber más reñido con los elementos de la más simple dialéctica que esto de hacer del cuerpo un museo donde se guardan unos órganos genitales con la naftalina del honor para que no se piquen. Y de haber hecho de las normas morales cruelismos verdaderos, cuchillos de castración que toma toda una vida para cortar los ovarios".
* Información presentada en el marco de la postulación al Reconocimiento Galería de las Mujeres.
Última actualización, año 2018. Información suministrada por Liana Babbar Amighetti.
Emilia Prieto was born in San José on January 11, 1902. She spent her childhood in the city of Heredia, with frequent visits to the Guararí estate, on the slopes of Cerro Guararí. She completed her high school at the Colegio Superior de Señoritas and, in 1921, she obtained her teaching degree at the Normal School of Heredia. From that moment she devoted herself to teaching, also occasionally teaching drawing and painting classes in the Normal schools of Costa Rica, Methodist, Night of Popular Culture, Juan Santamaría and the Universidad Obrera. In addition, she was director of the Ramiro Aguilar School. In 1922 she received painting classes at the National School of Fine Arts.
Emilia Prieto was one of those women who, under unfavorable conditions so that they could stand out, as was that of Costa Rica in the first half of the last century, knew how to break through, in a fertile and bright way, in the fields of education, the art, research and social struggles.
She was a visionary, talented woman, lover of universal culture and Costa Rican culture. The research carried out on the popular culture and artistic expressions (particularly of music) of the inhabitants of the Central Valley deserves special recognition, becoming a pioneer in the rescue of the vernacular traditions and culture of Costa Rica.
As an artist, she dedicated herself with great skill and knowledge to wood engraving, and produced works of great critical and controversial sense, some of which were not understood in her time, but had to wait a few years to be fairly valued. Her paintings include, among others, "Art for Art", "Teacher and School Desk", "El Badulaque" and "Public Employee", "Parable of privilege", "Mortgaged house", "Woman-body" and "Exploitation of women by men".
Most of these works were printed in "The American Repertoire", where they frequently illustrated his essays, with which she contributed to the political thought of the first half of the 20th century.
As the curators of his pictorial work Sila Chanto and Carolina Córdoba say,
"his language integrates, with particular formal synthesis, an intelligent and refined critical attitude, full of humor and irony, re-meaning the common cultural places, right there, where others collaborate in building the imaginary on identity, through a complacent view of history. "
In 1932, when she was a professor of drawing and painting at the Normal School of Heredia, she began to study, with great interest, the decorative art of peasant carts and to call her students' attention to the value of this artistic manifestation. That led her to organize, with the support of the Ministry of Public Education, the first parade of carts in our country. On September 15, 1935, one hundred colorful and squeaky carts endorsed the streets of San José, thanks to the impulse of Emilia Prieto.
She was one of the founders, in 1936, next to great personalities of cultural and political life, of the Antifascist League, an organization dedicated to fighting fascism that, with great force, spread throughout the world. From those years she was very close to the struggles and ideals of the Communist Party, although he did not officially militate in their ranks.
In 1943, under the auspices of the Central de Trabajadores, she helped found, together with other educators, educators and intellectuals, the Universidad Obrera.
She participated very actively in the struggles that led to the approval of social legislation in the forties. After the civil war of 48, as part of the repression that was unleashed against the losing side in that war, she was dismissed from the school of which she was the principal and persecuted and imprisoned when she was accused of sedition by the Court of Immediate Sanctions.
In the following years she participated in the foundation of the National Committee of Peace Supporters, of which she was president, attended several congresses, in Mexico, Sweden and Panama, dedicated to promoting the cause of peace in the world and participated, as a delegate of the Union of Costa Rican Women Carmen Lyra, in the Peace Conference of the Countries of the Pacific Rim, held in Beijing.
She was part of the Alliance of Costa Rican Women, an organization dedicated to fighting for the rights of women, girls and boys.
Her tireless activity in favor of social justice and peace was the fruit of a vision, values and behavior that were always illuminated by ideas such as: "Without justice there is no true right, there is no peace, there is no possible life worthy of the earth".
For many years she devoted himself to the investigation of Costa Rican culture. The result of this patient and fruitful work were his deep knowledge of indigenous music, the numerous articles that on culture and folk art published in newspapers such as "Work", "Freedom" and "Our Voice" and the book Romanzas Ticomeseteñas, edited by the Ministry of Culture, Youth and Sports in 1978.
Other books include: "Writings and Engravings", "My People" and "Why Ticos?"
Such was her passion for the music and culture of our land that in the 1970s - at almost 70 years of age - she dedicated herself to interpreting many of the romances of the Central Valley that she had dedicated to collecting, with what she revealed a new facet of her prolific artistic vocation. Also, through National Radio it spread the program "We are as we are".
Her work in the rescue of Costa Rican popular culture was so remarkable that in 1992 she was awarded, as a posthumous recognition, the National Prize for Traditional Popular Culture.
Education, politics and culture were her true allies to form the trench of reflection against the impositions and interests of the moment.
Emilia Prieto's extensive and valuable work in art, education, research and social struggle is a genuine expression of her talent, her sensitivity and her deep human solidarity and an eloquent testimony of all that women can contribute to do our homeland and our world more fair and more supportive.
The life and work of Emilia Prieto, who died in 1986, is one of the most important legacies of Costa Rica in the last century. Therefore, as of 2015 the "National Prize for Popular Culture" has been designated as the National Prize for Intangible Cultural Heritage "Emilia PrietoTugores", which is managed by the Center for Research and Conservation of Cultural Heritage.
Her advanced, critical and liberating thinking regarding the status of women is highlighted in these blunt and expressive words:
"… Nothing could have been more at odds with the elements of the simplest dialectic than this of making the body a museum where genital organs are kept with the naphthalene of honor so that they do not bite. And having made the moral norms true cruelisms , castration knives that take a lifetime to cut the ovaries.
Information presented in the framework of the application for the Women's Gallery Recognition.
Last update, year 2018. Information provided by Liana Babbar Amighetti.