TIERRA DE MARIPOSAS, POR MARIA DEL CARMEN SILVA

TIERRA DE MARIPOSAS

«Habrá siempre un hombre tal que, aunque su casa se derrumbe, estará preocupado por el Universo. Habrá siempre una mujer tal que, aunque el Universo se derrumbe, estará preocupada por su hogar». (Uno y el universo) E. SabatoCuando llegué a Republica Dominicana, tratando de rearmar algo que se había roto en mi interior, era una mujer con heridas y huellas que necesitaba sanar. Llegue con muchos prejuicios y muchas barreras, con una ceguera propia de alguien que no veía más allá de mi circunstancia y escuchaba solo su propia voz.La mujer dominicana para mí era una amenaza, desconocida y solo pensaba en términos o en discursos sobre prostitución, belleza, simpatía, oportunismo etc…A partir de distintas experiencias y encuentros con una parte de ellas surge este proyecto; donde intenta ser un pequeño homenaje a las mujeres que luchan por superarse a sí mismas, en cada lugar de la tierra.La muestra tiene dos militantes comunitarias Sandra Castillo, ella lucho varios años en una comunidad contaminada por plomo, en Haina a unos treinta km de la capital.Y Juana Ferrer, nominada al premio nobel de la paz en el 2005, líder de comunidad de campesinas, gran parte de su vida a dedicado a las labores de la tierra y la defensa al medio ambiente.Con Sandra compartí un buen tiempo, la vi alegre, enojada, triste repartiendo vitaminas a mujeres embarazadas, en largas esperas, en reuniones, conversaciones por teléfono, con su junta de vecinos. He intentado reflejar la otra cara también de toda lucha, el cansancio, la tristeza, la ira, la impotencia.Muchas de estas mujeres igual que en otros lugares del mundo desde niñas cuidan a los demás, en ocasiones sin luz, sin agua, solo con sus pequeños abrazos.Algunas de las imágenes tratan de reflejar de manera holística el devenir de las emociones por las cuales se pasa en toda lucha, las demás dan testimonio con que otros elementos se resiste; alfabetizándose adultas, con herramientas como: lápiz, cuaderno, un sueño, así ellas vencen días inimaginables.Estas mariposas preocupadas por la tierra, la semilla, el ambiente son parte de un testimonio de resistencia, dando señales de un mañana, de una esperanza.María del Carmen Silva

Tierra de Mariposas

María del Carmen Silva expresa y da cuenta en imágenes de su propio proceso de re significación interior, a la vez que descubre a las mujeres de su nueva tierra. Como tantas y tantos, a inicios de la nueva centuria María dejó nuestro país. Su historia personal hizo que el destino no fuera el más previsible, así llegó a República Dominicana.Por desconocimiento, por prejuicio, la imagen real de la mujer dominicana le estaba velada. Y la iba a descubrir en el diario vivir, a través del objetivo de su cámara.La primera impresión fue de extrañeza. No veía muchas mujeres en las calles de Santo Domingo, por el contrario, sí a muchos hombres. Luego de ajustar el diafragma, comenzó a observar que la presencia femenina aumentaba sobre los fines de semana, allí el primer descubrimiento: durante la semana trabajaban duro, durante los fines de semana, ellas salían para integrarse a los planes de alfabetización, a terminar sus estudios, asistir a las universidades.Simultáneamente comenzó a escuchar la historia de tres mujeres dominicanas. Patria, Minerva y María Teresa. Las hermanas Mirabal. Las Mariposas. Así las conoce el pueblo dominicano todo. Las tres mujeres que se opusieron a la feroz dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina. Tres mujeres transformadas en bandera y resistencia.Conocer a las hermanas Mirabal significó para María un quiebre. La acercó a esas mujeres heroicas, a la hermana – Dede –  que crió a los hijos de aquellas tres, a las mujeres que día a día cruzaba, que ya no eran tan invisibles. Le permitió descubrir otras ocultas, pero vibrantes biografías.Sus imágenes, que no son más que grabados de las retinas de María, rescatan a dos de esas mujeres. Sandra Castillo, una militante que denuncia y lucha para que la comunidad Paraíso de Dios – ubicada en los Bajos de Haina, al oeste de Santo Domingo y contaminada por plomo por la actividad de una vieja fundición de baterías – pueda revertir su situación. La segunda de estas nuevas Mariposas es Juana Ferrer; trabajadora del campo, ambientalista y luchadora por la equidad de género, nominada al Nobel de la Paz en 2005; que a través de la Confederación Nacional de Mujeres del Campo (CoNaMuCa) posibilitó la trasformación de la vida de mujeres en siete provincias del país desde 1980.Estas fotografías son un homenaje a las mujeres dominicanas que luchan día a día por empoderarse, por recuperar derechos que nunca pudieron ejercer pero que poseen, pese a todo y todos. Es un homenaje en definitiva a esa pequeña gran Tierra de Mariposas.Fabián R. BirbeMuseólogo y Curador

LAND OF BUTTERFLIES

«There will always be such a man that, although his house collapses, he will be worried about the Universe. There will always be such a woman that, although the Universe collapses, she will be worried about her home ». (One and the universe) E. SabatoWhen I arrived in the Dominican Republic, trying to rearm something that had broken inside me, I was a woman with wounds and footprints that needed to heal. I arrived with many prejudices and many barriers, with a blindness of someone who did not see beyond my circumstance and heard only his own voice.The Dominican woman for me was a threat, unknown and only thought in terms or speeches about prostitution, beauty, sympathy, opportunism etc ...From different experiences and meetings with a part of them this project arises; where it tries to be a small tribute to the women who fight to surpass themselves, in every place of the earth.The sample has two community militants Sandra Castillo, she fought for several years in a community contaminated by lead, in Haina about thirty km from the capital.And Juana Ferrer, nominated for the Nobel Peace Prize in 2005, leader of the peasant community, a large part of her life dedicated to the work of the land and the defense of the environment.With Sandra I shared a good time, I saw her happy, angry, sad, distributing vitamins to pregnant women, in long waits, in meetings, conversations over the phone, with her neighbors meeting. I have tried to reflect the other side also of all struggle, tiredness, sadness, anger, helplessness.Many of these women, as in other places in the world, have taken care of each other since they were girls, sometimes without light, without water, only with their little hugs.Some of the images try to reflect in a holistic way the future of the emotions through which one goes through in every struggle, the others testify that other elements resist; Adult literacy, with tools such as: pencil, notebook, a dream, so they overcome unimaginable days.These butterflies concerned with the earth, the seed, the environment are part of a testimony of resistance, giving signs of tomorrow, of hope.María del Carmen SilvaMaría del Carmen Silva expresses and gives an account in images of her own process of inner significance, while discovering the women of her new land. Like so many, at the beginning of the new century Maria left our country. His personal history made destiny not the most predictable, so he arrived in the Dominican Republic.By ignorance, by prejudice, the real image of the Dominican woman was veiled. And he was going to discover it in the daily life, through the objective of his camera.The first impression was of surprise. I didn't see many women in the streets of Santo Domingo, on the contrary, I did see many men. After adjusting the diaphragm, he began to observe that the female presence increased over the weekends, there the first discovery: during the week they worked hard, during the weekends, they went out to join the literacy plans, to finish their studies, attend universities.Simultaneously he began to hear the story of three Dominican women. Homeland, Minerva and María Teresa. The Mirabal sisters. The butterflies. This is how the Dominican people know everything. The three women who opposed the fierce dictatorship of Rafael Leónidas Trujillo Molina. Three women transformed into flag and resistance.Meeting the Mirabal sisters meant a break to Mary. He brought her closer to those heroic women, to the sister - Dede - who raised the children of those three, to the women she crossed day after day, who were no longer so invisible. It allowed him to discover other hidden, but vibrant biographies.His images, which are nothing more than engravings of Mary's retinas, rescue two of those women. Sandra Castillo, a militant who denounces and fights so that the Paradise of God community - located in the Lowlands of Haina, west of Santo Domingo and contaminated by lead by the activity of an old battery smelter - can reverse her situation. The second of these new Butterflies is Juana Ferrer; field worker, environmentalist and gender equality fighter, nominated for the Nobel Peace Prize in 2005; that through the National Confederation of Women of the Field (CoNaMuCa) enabled the transformation of women's lives in seven provinces of the country since 1980.These photographs are a tribute to Dominican women who struggle day by day to empower themselves, to recover rights that they could never exercise but possess, despite everything and everyone. It is a tribute in short to that little great Land of Butterflies.Fabian R. BirbeMuseologist and Curator

TERESA

SANDRA

PATRIA

MINERVA

JUANA

IRMA

LA ESPERA

INTIMIDAD

JUGANDO A LA MAMA

EL GRITO

SANDRA

VECINAS

HERENCIA

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